Reforma de fachada en Bilbao la Vieja · c/ Cortes, c/ Aretxaga y c/ Conde Mirasol
En 2008 Surbisa convoca un concurso para la rehabilitación de las fachadas de dos bloques de viviendas situados entre las calles Cortes, Conde Mirasol y Aretxaga.
Se trata de plantear la rehabilitación con una propuesta cromática conjunta que unifique ambos bloques, de gran presencia en el entorno.
Nuestra propuesta es seleccionada y finalmente se acomete una rehabilitación completa que incluye cubiertas, fachadas y solados de los patios interiores.
Antes de la nueva reforma, la fachada se encuentra en un avanzado estado de deterioro, debido principalmente a la ausencia de rehabilitaciones anteriores.
Aparece una excesiva carga de polvo y suciedad en todos los paramentos. En los aleros, así como en la parte inferior de los balcones, se han desprendido numerosos cascotes con el consiguiente peligro para la vía pública.
La cubierta se encuentra en mal estado, con tejas rotas o levantadas en varias zonas, lo que provoca filtraciones y humedades en las últimas plantas.
Se acomete la reforma mediante una rehabilitación energética del edificio. Para ello se utiliza un sistema SATE, sistema de aislamiento térmico exterior que permitirá a los usuarios aumentar el confort de sus viviendas a la vez que reducen el consumo energético de climatización. De este modo, las viviendas serán más cálidas en invierno y más frescas en verano.
En este caso no ha sido posible cambiar las carpinterías, lo que habría supuesto una mayor eficiencia del sistema SATE.
En los patios interiores, los problemas son similares. Hay filtraciones de humedad en varios de los locales de planta baja, debido al mal estado de las impermeabilizaciones actuales.
Se realiza una nueva impermeabilización aumentando ligeramente las pendientes de evacuación de aguas y añadiendo 5cm de aislamiento térmico, con acabado en gres cerámico.
Las fachadas se resuelven con el mismo sistema SATE de aislamiento exterior.
Actualmente los dos bloques de viviendas, a pesar de estar separados por la calle Conde Mirasol, comparten el mismo ritmo de elementos compositivos, la misma modulación y dimensiones de huecos de fachada, alturas de impostas y voladizos.
Al enfrentarse al diseño para la nueva imagen del inmueble, se opta por mantener la unidad formal entre los dos bloques, trabajar desde la idea de ‘conjunto’.
Debido a la gran longitud del alzado a Calle Cortes, en el que se juntan los dos bloques en una misma perspectiva, y para evitar una excesiva homogeneidad se emplea una nueva composición cromática.
Se toma como referencia colores sobrios que pueden encontrarse en edificios de la Villa y que enfatizan la riqueza plástica de la fachada.
Para delimitar los cambios de color se aprovechan las sutiles diferencias en las alineaciones de fachada, así como las impostas y los diferentes resaltes o rebajes en el revoco exterior.
De este modo, se aplica un gris cálido en la zona baja del edificio, un color sufrido para las zonas con mayor maltrato por parte de viandantes. Éste color se eleva en las esquinas y allí donde aparecen los balcones de mayor tamaño.
Para el resto de los paños superiores se emplea un blanco hueso que aporta mayor luminosidad. También se utiliza este color para resaltar las puertas de acceso a los balcones en planta segunda.
La última planta, separada del resto por una imposta corrida, es un elemento unificador del conjunto manteniendo el mismo color rojo burdeos en toda su longitud.